jueves, 3 de marzo de 2016

56-57 hola amigos continuamos en la lectura y aca estamos hechandole ganas, hoy un dia muy importante para mi, les deseo exitos y bendiciones

CAPITULO 56
En el presente capitulo  habla de que los medios que son empleados por el cristianismo no son santos al contrario son malos y crueles, el código Manu habla con tanta delicadeza a una mujer como solo la biblia puede hacer, pero se deja en manos de niños y mujeres los responsables de dicho libro. Pero lo que importa verdaderamente es la finalidad de la mentira. En la mentira del cristianismo sólo hay finalidades malas: calumnia, desprecio del cuerpo, auto deshonra en el concepto de pecador, etc...

CAPITULO 57

El código de Manú surge como todo buen código, siendo una conclusión que no crea nada más. Un código no relata jamás la utilidad, las razones...El problema consiste exactamente en eso. La autoridad de la ley tiene su fundamento en estas tesis: Dios las dio, los antepasados la vivieron. La razón superior de tal procedimiento está en el propósito de destituir a la conciencia paso a paso de la vida reconocida como correcta: de tal modo que se logra el automatismo completo del instinto. Establecer un código al estilo del Código de Manú significa conceder en lo sucesivo a un pueblo el derecho de ser maestro, a llegar a ser perfecto. Para ello hay que hacerlo inconsciente: ésa es la finalidad de toda mentira santa. El orden de castas, que es ley suprema, dominante, es solo la sanción de un orden natural, sobre la que ninguna idea moderna tiene poder. En toda sociedad sana se diferencian tres tipos de distinta gravitación fisiológica. Es la naturaleza, no Manú, la que separa a los preponderantemente espirituales, a los preponderantemente fuertes de músculos y temperamento y a los que no destacan ni en una cosa ni en otra, a los mediocres. La casta suprema representa en la tierra la felicidad, la belleza, la bondad. Solo a los hombres más espirituales les está permitida la belleza, lo bello: solo en ellos no es debilidad la bondad. Los hombres más espirituales, por ser los más fuertes, encuentran su felicidad donde otros encontrarían su ruina. Consideran un privilegio la tarea difícil, una recreación el jugar con cargas que aplastan a otros. Dominan no porque quieren, sino porque son, no tienen libertad de ser los segundos. La jerarquía lo único que hacer es formular la ley suprema de la vida misma, la separación de los tres tipos, es necesaria para la conservación de la sociedad. La vida que aspira a lo alto, se vuelve cada vez más dura. Hay un destino natural que lleva a uno a ser una utilidad pública y para el mediocre, ser mediocre es su felicidad.


http://www.taringa.net/post/apuntes-y-monografias/17346666/Resena-el-anticristo-friederich-nietzsche.html

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