domingo, 7 de febrero de 2016

En el segundo día de la lectura del libro El Anticristo, he leído la introducción la cual tengo aspectos importantes que resaltar de ella:
Si Dios está muerto, ¡es que nosotros lo hemos matado!, en la introducción menciona que el creador del judeo-cristianismo fue San Pablo, que utilizo la biografia de Cristo, para extender esta doctrina (entiendo como un Dios malo y extendiendo la nocion judaica del pecado). Se menciona también que le único cristiano verdadero es Cristo quien murió para honrarse. Resucita en todos los que asumen el drama del hombre y buscan la relación del individuo con la existencia.

Nietzsche menciona que Los cristianos han matado a Dios sin comprenderlo, y viven de esta muerte y del deseo de aniquilación, el individuo que no tiene pecado del cristianismo es el agobiado eterno con las virtudes que le convienen, ellas le dan esas pequeñas complacencias débiles que alargan su esclavitud, pero que compensan su ausencia completa de vitalidad: la dulzura, la benignidad, la caridad. Para ocultar esta esclavitud los teólogos han inventado un conjunto de mentiras. Los hombres han preparado un gran escenario que ciega a las personas: cubriendo la vida de las personas con una máscara; bajo esta máscara representaban muy seriamente la comedia; creían hacer otra cosa que vivir; por ejemplo: obedecer a un destino, elaborar muy significativas mandatos religiosos o morales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario